En el año 2018, en Ars Nova Restauraciones tuvimos el honor de restaurar la sagrada imagen de María Santísima de la Confortación, titular de la Hermandad de la Oración en el Huerto de Jerez, trabajos que complementamos con los de la restauración de su ángel confortador, Gabriel, en 2021. Ambos trabajos, nos permitieron alumbrar algunas consideraciones acerca de la autoría del conjunto que pueden ser de interés.
Aunque la escultura de María Santísima de la Confortación estaba atribuida a Jacinto Pimentel (1605-1676), incluso la del ángel a La Roldana (1652-1706), recientes descubrimientos documentales desmienten dichas atribuciones. Moreno Arana nos da noticias, de cómo ambas esculturas, la de la Virgen de la Confortación y la del Ángel, fueron realizadas a la vez, junto con el retablo que aún conservan en la capilla (de orden de estípite) en 1725:
“puede confirmarse que entre el 19 de marzo de 1722 y el 31 de abril de 1725 se llevó a cabo el retablo de la Madre de Dios y Ángel, así como dichas imágenes. El retablo, uno de los dos altares laterales que aún se conservan en su capilla, costó 995 reales. El espléndido ángel ascendió a 735 reales, a lo que hubo que sumar 375 por su policromía. Finalmente, la Virgen ascendió a 240 reales” (Diario de Jerez, 3 de noviembre de 2012, p. 51)
Por lo tanto, se desechan las descritas autorías y a la luz del conocimiento que tenemos ahora de la escultura barroca en el ámbito jerezano, parecen tomar fuerza otras atribuciones, como a Francisco Camacho (Jerez de la Frontera, 1680-1757) o a Diego Roldán (Sevilla, 1693-aprox.1760). Y esto es así, no sólo por el acotado de las fechas, sino por similitudes que se aprecian con otras imágenes de estos autores, en relación con María Santísima de la Confortación, y el ángel Confortador. Además, si tomamos ambas imágenes como un conjunto escultórico, ambas, no tienen que compartir, necesariamente, su autoría. Es esta una hipótesis que, desde Ars Nova Restauraciones, y después de los trabajos de restauración que llevamos a cabo, queremos aportar al respecto, y dejar como sugerencia, esta posible consideración acerca de la distinta autoría.
La imagen de María es una escultura de candelero, y se representa con la cabeza girada un tercio hacia su izquierda, entablando conversación con el ángel que, siendo de talla completa, la acompañaba en su retablo tal como se deduce de la documentación hallada (“el retablo de la Madre de Dios y Ángel” como así se dice). Originalmente sus manos podrían ir entrelazadas, rasgo frecuente de las imágenes de dolorosas del siglo XVIII, pero dichas manos fueron sustituidas y las actuales son obra de José Rivera García (de en torno a 1945). Los rasgos fundamentales de su rostro la acercan a la obra de Francisco Camacho, por sus ojos grandes y almendrados, de dibujo fino, de pequeños párpados y muy alargados. Incluso su nariz, clásica y afilada, arranca del entrecejo de manera, tal vez, muy significativa dentro de la obra de Camacho. En general, tras la restauración, la similitud en sus rasgos faciales con el de Nuestro Padre del Prendimiento, de la iglesia de Santiago de Jerez, imagen dada por obra de Camacho, parece profundizar en esta atribución.
Por lo tanto, la cercanía a la producción de Diego Roldán queda, pues, más apartada, pero dichos rasgos, sí aparecen de manera más acertada en el rostro y manos del ángel que la acompaña: Gabriel. Su pelo es ampuloso, de tradición roldanesca, y sus labios recrean la mueca tan estereotipada de las imágenes de Diego. Aunque sus párpados no estén muy desarrollados, al modo de Camacho, es, sin embargo, la zona del modelado más afectada por posteriores intervenciones, lo que podría explicar cierta salvedad. Pero sí apreciamos el modo en el que su nariz arranca por debajo del entrecejo, lo cual devuelve la posible autoría a Diego Roldán más que a Francisco Camacho. Finalmente, otros estilemas, a nuestro parecer característicos también de la producción de Diego Roldán, son los de sus manos, las cuales reproducen el canon redondeado y de dedos cortos que también observamos en otras obras de este autor.
De este modo, sugerimos que se abre una dimensión distinta acerca de la autoría del conjunto, de manera que diferenciaríamos la talla de María respecto de la del ángel. Y esto se justificaría no sólo por las diferencias estilísticas descritas, sino también, incluso, por las diferencias de escala e incluso de concepto de talla (una, algo menor y de cuerpo entero, el ángel, y otra, algo mayor y de candelero, María).
La actual policromía del ángel se debe a Luis Ortega Brú que la realizó en su totalidad en 1962, sin tocar, parece, la volumetría de la escultura, donde podemos observar los rasgos del barroco dieciochesco en su rostro, manos y volumetría de la talla, donde se observa una imagen barroca de gran dinamismo en sus vestimentas disponiéndose con un paso cruzado que la enmarca dentro de un barroco pleno del siglo XVIII.
Acerca de la iconografía del conjunto, puedes consultar en este sitio de nuestra página web:
https://www.arsnovarestauraciones.es/maria-de-la-confortacion-y-gabriel-su-angel-confortador/